El ciclo de la crisis permanente, una mecánica presente en, al menos, gran parte de la historia moderna. La crisis como producto intencional, buscado, pensado, instalado, que busca oxigenar los estatus y propulsar nuevos escenarios oportunos para la reformulación de verdades instaladas. Siempre, indefectiblemente, bajo criterios comerciales y el apoderamiento de las herramientas de gestión del conocimiento para orientarlas a los nuevos modelos de negocios surgidos desde las nuevas tecnologías de comunicación (TIC).
Todo suena a una eterna excusa, los hitos de la historia reciente, han hecho insostenible el velo de la ignorancia, diría que casi no tiene sentido ahondar en una discusión en torno a esto último; teniendo en cuenta las mas recientes manifestaciones sociales en el mundo como las caídas de regímenes absolutistas en el norte de Africa, las convulsiones en algunas sociedades del medio oriente, las acciones demandantes, también, en países centrales de la vieja Europa "los indignados" del movimiento 15-M, y en el mismo riñón del imperio como ser Occupy Wall Street.
Los títulos de éstos días, de los evangelizadores de verdades absolutas, dan cuenta de que algo está sucediendo en torno a la internet, algo que nos incumbe mucho más de lo que ellos refieren, algo que podemos sustentar si queremos, que aplica la concepción de un Derecho Humano, y sostendríamos sin mayor dificultad, que la internet forma parte del cúmulo de derechos de la ciudadanía universal.
Cualquiera de nosotros, seguramente ha tenido la posibilidad de escuchar, leer, discutir, o realizar alguna presentación, donde hayan estado presentes conceptos como “Brecha digital”, “acceso a la información”, “comunidad del conocimiento”, etc, etc; los nuevos fenómenos que, tal vez, comenzaron a poner en riesgo el dominio absoluto de los factores de poder global, que en parte se los describe en algún apartado del libro de Alvin Toffler "La tercera ola" (bajar libro).
Lo que sigue, como claramente es de esperar, es incierto, lo que de ninguna manera es incierto o sujeto a duda, es que debemos asumir el compromiso de conocer a conciencia el contexto global en el que estamos involucrados, los significantes que ello tiene para nuestras comunidades, y si fuera posible, lograr templar los espíritus para asumir y llevar a la práctica la participación activa en éstos procesos, desde cada lugar que nos haya tocado existir, por que eso es ser ciudadano, por que eso es ser sujeto de derecho, por que eso es otra razón para justificar nuestra existencia en ese suelo que pisas.
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