La humanidad una vez más (acción u omisión) ha decidido su propio desgarro.
Un mundo atestado de ironías, vuelve de la mano del flamante Nobel de la Paz a liderar una página mas del horror de la guerra; y cual si fuera poco, un hijo de Africa (sinónimo de degradación e injusticia) al servicio de la carroña imperial que devora vida a cambio de saciar la codicia inescrupulosa y vana.
Libia es el mundo, el mismo que el mío y el tuyo. Nadie, absolutamente nadie, esta librado de lo más oscuro de nuestra condición.-
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